León Marino de Nueva Zelanda

Phocarctos hookeri

Se trata de un pinnípedo de la familia de los otáridos que se encuentra protegido legalmente desde la década de 1890.

Descripción

Al igual que todos los leones marinos, cuentan con un marcado dimorfismo sexual en donde los adultos destacan por su tamaño. Ellos miden de 2.40 a 3.50 m de longitud y pesan de 320 a 450 kg, mientras las hembras registran desde 1.80 a 2.0 metros de largo con 90 a 165 kg de peso. Las crías por su parte, nacen con un máximo de 100 cm desde la cabeza hasta las aletas traseras y pesan tan solo 8 kg.

La coloración es variable pero se mantiene entre las mismas tonalidades. Los jóvenes y hembras lucen un color canela o gris con aletas un poco más oscuras, pero los machos y crías están cubiertos de una capa de pelo más oscura, llegando a verse de color negro.

Los miembros masculinos maduros presentan gran cantidad de pelo alrededor del cuello, lo que los hace lucir mucho más voluminosos que el resto de los habitantes.

No solo ocupan las costas de Nueva Zelanda, sino también las de las islas subantárticas circundantes.

Distribución y hábitat

Gracias al nombre de esta especie, no es complicado saber en qué parte del mundo residen, aunque cabe aclarar que no solo ocupan las costas de Nueva Zelanda, sino también las de las islas subantárticas circundantes, como el archipiélago Auckland, lugar de suma importancia para este otarino, pues representa el 86 % de los nacimientos anuales. La mayor parte del número restante se efectúa en la isla Campbell, al sur de Nueva Zelanda.

Algunos individuos solitarios se han registrado en aguas australianas, confundiéndose con individuos de la especie Neophoca cinerea.

Se identifica como no migratorio pero pueden alejarse y dispersarse ampliamente de su colonia natal durante la temporada no reproductiva.

Descripción del león marino de Nueva Zelanda.
León marino de Nueva Zelanda (Phocarctos hookeri) en su hábitat natural.

Comportamiento

Son de comportamiento social con machos muy dominantes y agresivos durante los meses de reproducción, dejando sin oportunidad de cópula a los miembros más jóvenes. Los enfrentamientos son comunes y pierde el que deje de luchar.

Las variaciones vocales en los leones marinos de Nueva Zelanda no se han analizado a profundidad, pero se conocen ciertos sonidos que son empleados para las batallas o para la relación entre una madre con su cría.

Alimentación

Se alimentan de especies bentónicas y pelágicas por lo que realizan inmersiones de 130 m en promedio, pero se sabe que pueden llegar a sumergirse hasta 600 m. Y aunque demoran regularmente 4 minutos bajo el agua, los registros marcan un máximo de 14.5 min.

Pueden llegar a sumergirse hasta 600 m.

Su dieta carnívora se compone de calamar, bacalao, pulpos, rayas, mejillones, pequeños tiburones y variedades de peces. Muy rara vez son atraídos por pingüinos pequeños o azules (Eudyptula minor).

Reproducción

La temporada reproductiva da inicio en el mes de noviembre con la llegada de los machos a las costas para establecer territorios. Esto desencadena batallas entre dominantes que permitirá dar a conocer a aquellos que tendrán el derecho de formar un harén. No se alimentan en todo el proceso, pues abandonar su territorio sería ceder su puesto, algo que no están dispuestos a hacer. Mientras tanto, sobreviven de sus reservas de grasa.

Las hembras llegan alrededor de 30 días después para dar a luz en tierra, pero después de una semana ya están disponibles nuevamente para aparearse. Una madre es muy protectora de su cría y regresa en repetidas ocasiones para que el pequeño succione su leche. Tres semanas después, ya están listos para tener su primer contacto con el mar y aprender técnicas de caza.

La madurez sexual se presenta en las hembras a los tres o cuatro años de vida y en los machos a los cinco años.

Se encuentra protegido legalmente desde la década de 1890.

Amenazas

Años atrás, los leones marinos de Nueva Zelanda tenían grandes poblaciones que se dividían entre los del sur y los del Norte, pero la caza sin control ha provocado que el día de hoy se consideren especies vulnerables.

Las enfermedades epizoóticas, los enredos con materiales de pesca y la depredación por parte de tiburones, han diezmado sus poblaciones. Su distribución restringida y poblaciones sin grandes números, hacen que cualquier problema sea mayúsculo.

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